Luchar o huir, una tercera alternativa
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A la clínica Maple City le hacia falta un techo nuevo. Invitamos a donadores, vecinos y pacientes para que vinieran a ayudar
Una mezcla de gente respondió al llamado. Algunos hablaban español, otros hablaban ingles. Algunos hablaban Pennsilvania Dutch (Holandés). Pudo haber sido otra torre de Babel, pero parece que todos nos entendimos lo suficiente para lograr alinear las vigas y a clavar las tejas.
Para las 3 de la tarde, los líderes del proyecto estaban cansados y querían respetar el tiempo de los voluntarios. Para esta hora el 80% del techo estaba terminado. Esto era mas del 80% de lo que pensamos que se podría lograr en ese día así que decidimos terminar el día de trabajo pero nuestros voluntarios no lo vieron así. Ellos continuaron trabajando hasta que el techo estuvo terminado.
Mientras caía la noche, todos celebrábamos la finalización del techo. Nos dimos cuenta que a parte del techo algo más había cambiado. Algunos de los vecinos voluntarios se hicieron pacientes. Todos los pacientes que ayudaron con el techo ahora son donantes. Los donantes que ayudaron con el techo ahora se sienten parte del vecindario.
Diez años después, Ricky, uno de los hombres que ayudaron a reemplazar el techo, vino a la clínica como paciente. Mientras caminaba por el pasillo, orgullosamente apunto hacia arriba y anuncio a todos, “Yo puse el techo. Este es mi edificio.”
La Clínica Maple City es in hogar -- un lugar donde la gente pertenece, un refugio, un ambiente que nutre al crecimiento.